Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Sean todos bienvenidos a la celebarción de la santa misa en el quinto domingo de Pascua.
Han transcurrido ya cuatro semanas de Pascua y hoy inauguramos la quinta. Las lecturas bíblicas nos van ayudando a entrar cada vez con mayor fuerza en la vida nueva del Resucitado y las consecuencias que tiene para la comunidad cristiana.
Antífona de Entrada
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria.
Aleluya.
No debemos cansarnos de celebrar nuestra fiesta principal, que dura siete semanas: nuestra fe cristiana es fundamentalmente alegría y visión optimista. Por eso, de pie, cantamos con gozo el canto de entrada.
Monición a la primera lectura (Hechos de los Apóstoles 6, 1-7)
En el libro de los Hechos de los Apóstoles vemos hoy cómo la primera comunidad va creciendo y apareciendo en ella las primeras tensiones. Para resolver este problema se estructuran los roles y se distribuyen las funciones bajo principios rectores.
Escuchemos también cómo aparecen los primeros ministros ordenados.
Primera Lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (6, 1-7)
En aquellos días, como
aumentaba mucho el número
de los discípulos, hubo ciertas
quejas de los judíos griegos
contra los hebreos, de que
no se atendía bien a sus viudas
en el servicio de caridad de
todos los días.
Los Doce convocaron
entonces a la multitud de los
discípulos y les dijeron: “No es
justo que, dejando el ministerio
de la Palabra de Dios, nos
dediquemos a administrar
los bienes. Escojan entre
ustedes a siete hombres de
buena reputación, llenos del
Espíritu Santo y de sabiduría,
a los cuales encargaremos
este servicio. Nosotros nos
dedicaremos a la oración y al
servicio de la palabra”.
Todos estuvieron de acuerdo
y eligieron a Esteban, hombre
lleno de fe y del Espíritu Santo, a
Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón,
Pármenas y Nicolás, prosélito de
Antioquía. Se los presentaron a
los apóstoles y éstos, después
de haber orado, les impusieron
las manos.
Mientras tanto, la palabra de
Dios iba cundiendo. En Jerusalén
se multiplicaba grandemente
el número de los discípulos.
Incluso un grupo numeroso de
sacerdotes había aceptado la fe.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Monición al salmo responsorial (Salmo 32)
Con el salmo 32 damos las gracias a Dios y manifestamos nuestra confianza en Él.
Lo hacemos diciendo:
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
- Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
- Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.
- Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Monición a la segunda lectura (1 Pedro 2, 4-9)
En la carta de Pedro nos encontramos hoy con una gran convicción teológica y pastoral: la comunidad cristiana es un pueblo sacerdotal, un templo vivo en el Espíritu. Esa comunidad somos nosotros, y estas palabras de Pedro merecen nuestra gran atención.
Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2, 4-9)
Hermanos: Acérquense al
Señor Jesús, la piedra viva,
rechazada por los hombres,
pero escogida y preciosa a los
ojos de Dios; porque ustedes
también son piedras vivas, que
van entrando en la edificación
del templo espiritual, para formar
un sacerdocio santo, destinado
a ofrecer sacrificios espirituales,
agradables a Dios, por medio de
Jesucristo. Tengan presente que
está escrito: He aquí que pongo
en Sión una piedra angular,
escogida y preciosa; el que crea
en ella no quedará defraudado.
Dichosos, pues, ustedes, los
que han creído. En cambio, para
aquellos que se negaron a creer,
vale lo que dice la Escritura:
La piedra que rechazaron los
constructores ha llegado a ser
la piedra angular, y también
tropiezo y roca de escándalo.
Tropiezan en ella los que no
creen en la palabra, y en esto
se cumple un designio de Dios.
Ustedes, por el contrario,
son estirpe elegida, sacerdocio
real, nación consagrada a Dios
y pueblo de su propiedad,
para que proclamen las obras
maravillosas de aquel que los
llamó de las tinieblas a su luz
admirable.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Monición al Evangelio (Juan 14, 1-12)
La no presencia física de Jesús por su vuelta al Padre, es el problema de la Iglesia postpascual que nos relata el evangelio de hoy. A ese problema responden los discursos de Jesús que escucharemos a continuación.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (14, 1-12)
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean
también en mí. En la casa de mi
Padre hay muchas habitaciones.
Si no fuera así, yo se lo habría
dicho a ustedes, porque voy a
prepararles un lugar. Cuando
me vaya y les prepare un sitio,
volveré y los llevaré conmigo,
para que donde yo esté, estén
también ustedes. Y ya saben
el camino para llegar al lugar a
donde voy”.
Entonces Tomás le dijo:
“Señor, no sabemos a dónde
vas, ¿cómo podemos saber el
camino?” Jesús le respondió:
“Yo soy el camino, la verdad y la
vida. Nadie va al Padre si no es
por mí. Si ustedes me conocen a
mí, conocen también a mi Padre.
Ya desde ahora lo conocen y lo
han visto”.
Le dijo Felipe: “Señor,
muéstranos al Padre y eso nos
basta”. Jesús le replicó: “Felipe,
tanto tiempo hace que estoy
con ustedes, ¿y todavía no me
conoces? Quien me ha visto a
mí, ha visto al Padre. ¿Entonces
por qué dices: ‘Muéstranos al
Padre’? ¿O no crees que yo
estoy en el Padre y que el Padre
está en mí? Las palabras que
yo les digo, no las digo por mi
propia cuenta. Es el Padre, que
permanece en mí, quien hace
las obras. Créanme: yo estoy
en el Padre y el Padre está en
mí. Si no me dan fe a mí, créanlo
por las obras. Yo les aseguro:
el que crea en mí, hará las
obras que hago yo y las hará
aún mayores, porque yo me
voy al Padre”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los fieles
Opción 1
Presidente:
Queridos hermanos, invoquemos a Cristo, Camino, Verdad y Vida, y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades del mundo entero. Hagámoslo diciendo con fe:
Jesús, Camino, Verdad y Vida, escúchanos.
- Por la Iglesia, para que Cristo, su esposo, llene de alegría pascual a todos los que dentro de ella se han consagrado a la extensión del reino de Dios por este mundo. Roguemos al Señor.
- Por el Papa Francisco, los obispos y los sacerdotes, para que descubran su misión dentro de la Iglesia como un servicio de amor. Roguemos al Señor.
- Por la salvación del mundo, para que Cristo resucitado, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la victoria de la resurrección y viven alejados de Dios. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren por diferentes causas, para que Cristo, estrella luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje el dolor y las penas de los que padecen algún tipo de enfermedad. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, para que no relativicemos la Verdad y nuestra vida refleje coherentemente nuestra unión con la única Verdad, que es Cristo. Roguemos al Señor.
- Presidente: Señor, escucha las plegarias que esta comunidad hoy te ha presentado, atiéndelas, según tu voluntad y ayúdanos a seguir confiando nuestra vida en ti. Te lo pedimos, a ti que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.
Opción 2
- Para que la Iglesia siga mostrando al mundo el camino que debe seguir, la verdad que debe creer y la fuente de la verdadera Vida. Oremos.
- Para que los gobernantes del mundo estructuren sus gobiernos buscando la satisfacción de los pueblos bajo su responsabilidad. Oremos.
- Para que los necesitados reciban asistencia de parte de la Iglesia, al estilo de la comunidad que nos ha descrito hoy e libro de los Hechos de los Apóstoles. Oremos
- Para que los que han dado positivo al coronavirus recuperen su salud y den testimonio del poder de Dios. Oremos
- Para que los que nos hemos congregado hoy en torno al banquete del Señor, permanezcamos siempre unidos como hermanos, miembros de la gran familia cristiana. Oremos.
Monición Presentación de las Ofrendas
Con mucha alegría llevemos al altar el Pan y el Vino, fruto de nuestro esfuerzo, y que se convertirán en el Cuerpo y Sangre de Cristo.
Monición de Comunión
Aceptando la invitación de Dios, vayamos jubilosos ahora a compartir la Mesa del Señor Jesús. Cantamos…
Monición Final
Nos despedimos, hermanos, para encontrarnos el próximo domingo nuevamente en la casa de Dios. Sabemos que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Vayamos a seguir sus pasos y a mostrarles ese Camino a quienes van extraviados por el mundo.
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