lunes, 22 de mayo de 2023

Moniciones y Lecturas 28 de mayo de 2023 – Solemnidad de Pentecostés (Ciclos A, B y C)

 

Monición de entrada 

Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Sean todos bienvenidos a la celebración de esta santa misa, en la Solemnidad de Pentecostés, la venidad del Espíritu Santo, con la que se pone en marcha el tiempo de la Iglesia, fundamentalmente dedicado a la predicación del Evangelio.

«Pentecostés», en griego, significa «día quincuagésimo» o «cincuenta días después». El 50 es un número que ya los judíos tenían asimilado desde hace siglos como símbolo de plenitud: una semana de semanas, siete por siete más uno. Es cuando celebraban, después del Éxodo, la fiesta de la recolección agrícola y la alianza que sellaron con Yahvé en el monte Sinaí, guiados por Moisés, a los cincuenta días de su salida de Egipto.


 Antífona de Entrada 

El Espíritu del Señor llena toda la tierra; él da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice. Aleluya.

El Pentecostés cristiano significa el nacimiento oficial de la Iglesia, hoy reunida para celebrar esta gran fiesta, que comenzamos con el canto de entrada. De pie, y cantemos todos.


Monición a la primera lectura (Hechos de los Apóstoles 1, 1-11)

 En la mañana de la fiesta judía de Pentecostés y estando los discípulos reunidos en el cenáculo, se cumplieron las promesas. El Espíritu Santo desciende en un hecho insólito y de manera espectacular como se relata en la lectura del libro de los Hechos, que escucharemos a continuación. 

Primera Lectura 

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 1-11)

 El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse. En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: “¿No son galileos, todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


MONICIÓN AL SALMO RESPONSORIAL (SALMO 103)

 

Ante la grandeza de la creación reconozcamos que Dios lo ha dispuesto todo con Sabiduría; pero pidamos al mismo tiempo al Señor, con el salmo 103, que no abandone su obra. Hagámoslo diciendo todos:

 

Salmo responsorial: Salmo 103

 

R. Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.

 

·         Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra está llena de tus creaturas.

·         Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra.

 Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus creaturas. Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (EFESIOS 1, 17-23)

Al ser el Espíritu el origen de los dones individuales, su posesión puede crear tensiones dentro de una comunidad. Tal fue la experiencia de los corintios y por eso san Pablo les ayuda a su discernimiento, con la lectura que escucharemos a continuación.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (12, 3-7. 12-13)

Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús “Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

MONICIÓN AL EVANGELIO (MATEO 28, 16-20)

En el día de Pascua, después del saludo de paz, que llena de alegría al grupo de discípulos, en quienes está representada toda la Iglesia, Jesús les envía, como Él había sido enviado por el Padre, y para que puedan cumplir esta misión les da su mejor ayuda: les comunica su Espíritu.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

 

Aleluya, Aleluya.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluya.

 

EVANGELIO

† LECTURA del santo Evangelio según san Juan (20, 19-23)

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES

 

Celebrante: Hermanos, llega hoy a su plenitud el tiempo Pascual. Hace cincuenta días celebrábamos con gozo la resurrección del Señor, hoy celebramos la madurez y el cumplimiento definitivo de la Pascua. Pidamos a Jesús Resucitado que nos dé el mejor de sus dones: el Espíritu Santo. Digamos juntos: Envíanos tu Espíritu Santo

 

·         Para que podamos amar a todos los hombres con generosidad, sin distinciones, sin hacer acepción de personas: Envíanos tu Espíritu Santo

 

·         Para que nos convirtamos al Evangelio, y viviendo el mandato del amor transformemos nuestra sociedad: Envíanos tu Espíritu Santo

 

·         Para que en nuestro mundo sean realidad la convivencia, el respeto, la fraternidad y el amor desinteresado: Envíanos tu Espíritu Santo

 

·         Para que los cristianos seamos instrumentos válidos para la evangelización, testigos de tu verdad y signo de la esperanza que no defrauda:  Envíanos tu Espíritu Santo

 

·         Para que podamos erradicar del mundo el egoísmo, la envidia, el rencor y la discordia de las familias y la injusticia de los pueblos: Envíanos tu Espíritu Santo.

 

·         Para que seamos dóciles a la acción de Dios en nuestras vidas y dejemos que Él viva en nuestros corazones: Envíanos tu Espíritu Santo

MONICION A LA PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS

Estamos celebrando la venida del Espíritu Santo, ahora, junto al pan y el vino, ofrezcamos también a Dios los frutos que ese Espíritu está produciendo en nuestros corazones. Cantemos

 

MONICION DE COMUNIÓN

Dios nunca nos ha dejado solos. Nos envió su Espíritu Santo y ahora, Cristo se hace presente en el Pan y el Vino consagrados, para ser nuestro alimento. Acerquémonos con devoción a comulgar.

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

 

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya.

MONICION FINAL

Dios ya nos ha dado su Espíritu Santo. Vayamos ahora a vivir conforme a sus inspiraciones, dejándonos moldear por Él y contagiando con su presencia a quienes nos rodean.

 

 

 

 

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